Desde el 2016 que abrimos Kuzina hasta hoy el 90% de nuestros clientes que entran por la puerta piden la moussaka (musaka, mousaka y otras maneras de llamarlo) y no les falta razón, es un plato muy completo y sabroso.

Pero como les solemos contar a veces (cuando el tiempo en el servicio nos lo permite), la moussaka no es el unico plato griego por excelencia, además es más común en tavernas y restaurantes que en casas. Pero vamos a ver un poco más de su historia.

La moussaka es un exquisito plato que se ha convertido en un símbolo de la cocina nacional griega. Considerada una auténtica joya culinaria, encarna la esencia y el sabor característicos de Grecia. Además de otros platos conocidos como souvlaki, spanakopita, tzatziki etc, debiéramos resaltar uno de ellos por encima de todos, sin duda sería la musaka.

El origen histórico de la moussaka es un tema que ha dado lugar a diversas teorías e interpretaciones. Aunque no existe un consenso absoluto, muchos afirman que este exquisito plato encuentra sus raíces en el maguma persa, una deliciosa combinación de cordero y berenjena. La versión griega de la moussaka, tal como la conocemos en la actualidad, se remonta al siglo XX. Más precisamente, fue en 1910 cuando el renombrado chef Nikolaos Tselemendes presentó las recetas que dieron vida a la moussaka tal y como la conocemos hoy en día.

Las materias primas que componen la moussaka no son directamente de origen e historia griega:

La berenjena viene de la India

La patata y el tomate de América Latina

La carne picada de oriente, ucrania, mexíco y otros origenes (no está claro) 

La bechamel de Francia

Pero todos estos ingredientes más las especias se han mezclado en Grecia para crear el máximo símbolo de la cocina griega, la musaca y para eso no necesita el origen griego de sus materias primas para demostrar su carácter griego. Es el símbolo de la cocina griega. Es griego porque eso es lo que sentimos por él, tanto nosotros como los extranjeros.

En la versión griega de la receta de musaka: las berenjenas y patatas se cortan en rodajas finas y se fríen ligeramente en aceite de oliva. Luego se colocan en capas en una bandeja para hornear con una mezcla de salsa de carne picada que puede ser de cordero, cerdo o ternera y varias especias tal como hemos explicado en nuestra receta en el blog. Luego acabamos con la bechamel (Versión griega). Hay inumerables recetas, con calabacín, con feta, lentejas rojas, sin berenjena incluso, lo que os podáis imaginar, pero la original según muchos es la que os hemos contado.

Como veréis la moussaka es un mundo entero, para los griegos y para los extranjeros también.