KUZINA

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¡Brinda con Kuzina! Sobrevive y Disfruta de la Comida de Empresa en Valencia

Tabletas de Suchard a cascoporro, orejas de reno, enanos sospechosos y purpurina everywhere, sí señores, están en lo cierto, la Navidad ya está a la vuelta de esquina, (Yuju).

Y como no podía ser de otra manera, viene acompañada de un evento mítico, que llena de alegría y alboroto y pone los pelos de punta a partes iguales, la comida de empresa. Todo un clásico de estas fechas digno de analizar con detenimiento. 

Pocos de vosotros podéis decir que jamás se ha visto envuelto en tal dicharachero evento, y como podemos suponer habréis visto casi de todo. Pues podéis imaginaros lo que ha vivido un hostelero. Sí señores, porque mientras ustedes van por el quinto de brindis de champagne, nosotros seguimos el desarrollo de la escena, como quien mira la peli de Love Actually, si pudiéramos hasta con palomitas. 

Hemos de decir que en Kuzina, es una de las épocas que más esperamos. Somos muy fans del exaltamiento de la amistad, los ligues discretos entre compañeros y el esperado discurso de la jefa.  Sin exagerar, si fuera por nosotros trabajaríamos con la nariz de Rudolf puesta. 

Así que con el espíritu navideño en modo on, campanillas tintineando en nuestros oídos y una copita de vino en la mano, aquí os dejamos algunos consejitos, que quizás os vengan bien en tal destacado evento. 

  1. Nadie quiere sentarse al lado del jefe/a, y tú, menos. Aléjate de la manada, toma perspectiva y sigue desde la distancia sus movimientos. No cruces con él la mirada y bajo ningún concepto estés a menos de un metro de distancia. Si las cosas salen acorde a lo esperado deberías terminar en el extremo opuesto de la mesa.

  2. Si el destino se ha puesto en tu contra y finalmente te tocó al lado del jefe/a, no sufras, tampoco es el fin del mundo. Evita la política, la religión y los temas laborales. Puedes hablar de su buen gusto en la ropa o preguntarle sobre sus viajes. Con un poco de suerte hablará sin parar hasta el final de la comida. Tú no dispararás palabra, pero al menos no la cagarás. Aprovecha el postre para salir zumbando al otro lado de la mesa. Todo debería salir bien.

  3. Que en las comidas de empresa se bebe un poco más de lo habitual es un hecho, pero nuestro consejo es, “aguanta los caballos”. Beber unas copitas de vino está bien, subirse a una silla y gritar a los 4 vientos: Arriba, abajo, al centro y padentro… es pasarse. Si has entonado este canto y te has creído director de orquesta, es posible que tú no te acuerdes al día siguiente, tus compañeros y tu jefe/a, sí.

  4. Si piensas que es un buen momento para ligar con el chico de ventas, estás equivocada. A ver, si lleva haciéndote ojitos desde hace tres meses, pues quizás esa copita de vino te ayude a declararle tu amor incondicional. Pero si no estás totalmente segura, es mejor dejar los bailes eróticos o las pataditas por bajo de la mesa para otro momento. El lunes os volveréis a ver y sin vino de por medio.

  5. Si hacéis el amigo invisible intenta que tu regalo no sea demasiado bochornoso. Si el de marketing descubre que el tanga/elefante es tuyo, y encima se lo hicieron poner, no creo que a partir de ese día, te haga la vida más fácil.

  6. Si tus ojos ya han visto suficiente y llevas hora y media intentando escaquearte y marcharte a casa a lomos de un veloz taxi, búscate una buena excusa. El festival de navidad de tus hijos, llevar a tu perro al veterinario o recoger unos papeles de la gestoría, pueden salvarte el cuello sin escuchar cánticos de fondo gritando: ¡Que se quede! ¡Que se quede!

Pero nuestro principal consejo es que disfrutes, que compartas ese momento especial y que por unas horas te olvides del trabajo con tus compañeros de trabajo. Que entables relaciones, que hables con quien hasta ahora sólo hacía fotocopias. Que brindes, que comas, que comas mucho, que sonrías y que seas feliz. Porque la Navidad tiene esa parte nostálgica que a veces nos pone un poco tristes, pero también tiene esa magia que nos hace el mejor de los regalos, ver el mundo, por un ratito, con ojos de niño.